ECONOMÍA Y NEGOCIOS
Aunque el nuevo panorama político del país, luego de las elecciones
presidenciales, deja a la minería en una especie de incertidumbre, en particular
sobre el futuro del carbón, fuente principal de la renta que aporta este renglón, la
misma situación se convierte en una gigantesca oportunidad para aprovechar
un potencial minero hasta ahora muy poco explorado.
Y es que en medio de un contexto mundial de una transición energética afectada
por conflicto de Ucrania y Rusia, la Asociación Colombiana de Minería (ACM)
llama la atención porque la oferta de minerales claves para la generación de
energías limpias se ha visto reducida.
Esto teniendo en cuenta la importancia de Rusia en el abastecimiento mundial
de minerales como el cobre, níquel, zinc, plomo, hierro y paladio, entre otros,
lo que sostiene el precio de los distintos minerales por encima de su promedio
histórico.
Por ello, según Juan Camilo Nariño, presidente del gremio minero, la agenda que
se adelante en los próximos cuatro años para el sector en Colombia será clave
para la transición energética del país y del mundo, debido a que el paso a
energías más limpias pasa, necesariamente, por la producción de más
minerales, con énfasis en el cobre.
Y es que mientras que países vecinos como Chile y Perú, con gran producción de
cobre, están aprovechando este escenario de precios altos, Colombia apenas está
en el proceso de iniciar la comprobar y desarrollar un potencial cuprífero que, de
acuerdo con datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, es de 156.921
kilómetros cuadrados, de los cuales 145.953 kilómetros cuadrados poseen
yacimientos estimados entre 30 a 50 millones de toneladas, y solo 10.968
kilómetros cuadrados tienen un potencial superior a 10 millones de toneladas.
La generación de energía eólica, que crece en el mundo a grandes pasos, requiere de grandes
cantidades de cobre.
Demanda al alza y sostenida en los próximos años
Si bien las cifras están por debajo de la realidad de Chile, que tiene reservas
probadas de 200 millones de toneladas, o de Perú, con 92 millones de toneladas
según datos de una publicación del país austral, se trata de impulsar el desarrollo
los insumos que requieren las nuevas fuentes de energía y ser el soporte que
Colombia y el mundo necesitan en el proceso de transición energética y la lucha
contra el cambio climático.
“Como sector estamos comprometidos a extraer los minerales que se necesitan en
este proceso con los más altos estándares, compromisos de calidad y
participación ciudadana”, aseguró el directivo, luego de conocerse los resultados
de las elecciones presidenciales.
De acuerdo con el Libro Blanco del Cobre, publicado en el 2021, la franja de alta
prospectividad llamada Batolito de Mandé, que tiene una extensión es cercana a
los 200 kilómetros, y con un ancho promedio de 20 kilómetros, llevaría al país a
ser uno de los que más ofrecen el metal de la transición energética a nivel
mundial, si se desarrolla.
Y es que, según el documento, la demanda de cobre en el mundo muestra un
fuerte ritmo de crecimiento sostenido en el corto, mediano y largo plazo como
consecuencia de factores que incluyen el aumento en el nivel de ingreso, la
urbanización, el incremento de la población y, especialmente, la transición
energética, para reemplazar de forma gradual los combustibles fósiles por fuentes
renovables como la hidroeléctrica, solar, eólica, geotérmica, entre otras.
¿Cuánto cobre se necesitará en la transición?
Con un proceso de transición energética que cada vez toma más fuerza en el
mundo, los paneles solares, los aerogeneradores para los proyectos eólicos y los
vehículos eléctricos necesitan cobre y otros minerales, sin mencionar el uso de
este mineral en construcción, electrónica y en los insumos médicos.
De acuerdo con datos de este documento, la demanda de cobre a partir de la
energía eólica representará el 20 por ciento de la demanda verde con la intensidad
del uso del cobre tendiente a crecer en la medida en que los proyectos costa
afuera, que requieren dos veces más cobre, se vuelven prevalentes.
Además, los vehículos eléctricos contienen más de cinco veces el cobre que un
vehículo tradicional y para finales de la presente década representarán cerca del
40 pro ciento de la demanda de cobre verde.
Igualmente, el cobre es clave para la eficiencia y desempeño de los paneles
fotovoltaicos (energía solar), y debido a que su costo que declina en forma
acelerada se prevé que este renglón será el segundo gran impulsor de la
demanda de cobre, verde como ya lo está viendo el país con una cantidad
importante de proyectos de generación eléctrica con fuente solar.
En los vehículos eléctricos el cobre se usa para las baterías y en el futuro el
desarrollo de una red de sistemas de almacenamiento de energía va a representar
un factor clave al alza para la demanda del mineral.
Estimaciones del Banco Mundial señalan que la evolución hacia matrices de
generación de energía bajas en emisiones de carbono implicará una mayor
utilización, no solo de cobre, sino de una serie de metales y minerales, entre ellos
el aluminio, boro, cromo, hierro, plomo, manganeso, molibdeno, níquel, y zinc.
“La minería es una actividad que ha acompañado el desarrollo de la humanidad y
que hoy es clave para impulsar el desarrollo de nuevas fuentes de energía y ser el
soporte que Colombia y el mundo necesitan en el proceso de transición energética
y la lucha contra el cambio climático”, señaló Juan Camilo Nariño, presidente de la
Asociación Colombiana de Minería.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS – EL TIEMPO
Fuente: https://www.eltiempo.com/economia/sectores/petro-por-que-la-mineria-es-clave-en-la-transicion-energetica-681968